Se acerca el fin de las clases. Los niños ansían las
vacaciones, sueñan con cambiar de rutina y no aguantan las ganas de escuchar
por última vez en el año escolar el timbre de salida. Las tareas son
complicadas y en cierta forma los padres también están esperando un momento de
descanso. Durante las vacaciones descansamos todos. Pero también es cierto
que muchos padres se preocupan.
Sobretodo en esta época en la que hay tantas distracciones para los niños, que
les consumen horas y que no siempre suman en cuanto a la formación y educación
que los padres quieren dar.
Las vacaciones no son un momento ideal para introducir la
lectura en casa una actividad familiar, de hábito constante, más allá de
aquella que se aplica en el ámbito académico. La tarea no es fácil. Poner a
competir un juego de video, o un programa de televisión con los libros, que
tienen tanta fama de aburridos, no es sencillo. Pero, con un poco de voluntad
se puede lograr.
Aquí algunos consejos para lograrlo:
1.
Déjelo
escoger las obras que quiere leer: Una
de las cosas que más frustran a un lector es no tener el control sobre lo que
lee. Es cierto, a veces los niños de cierta edad escogen cosas que escapan su
nivel de madurez, o los temas que toca un libro que quieren son considerados
poco aptos por los padres. La escogencia debe ser una acto de compromiso y
conversación entre las partes. Ni el niño debe imponerse, ni los padres
tampoco. Hagan una lista. Barajen varios nombres. Y luego tomen una decisión en
conjunto.
2.
Compren
los libros juntos: Ir a una librería es una aventura. Para el lector es
estimulante, para el no lector a veces puede dar hasta angustia. Familiarizar a
los jóvenes lecturas con el ambiente de las librerías es importantísimo a la
hora de estimular la lectura. Si es posible involucrar a un librero,
comprometido con su oficio, mejor. Ellos son grandes animadores a la lectura.
El tener contacto con otros lectores es fundamental para estimular esta
actividad. Además, la compra siempre anima, a todo el mundo le gusta comprarse
algo, sentirse retribuido y sentir que estamos haciendo algo nuevo.
3.
Establecer
metas claras pero realistas: “Si te lees el Quijote este verano, te doy un
premio”. Puede ser algo ideal, pero los chances de que un joven haga alto como
esto son poco realistas. No sólo por la dificultad de la obra, sino por su
extensión. Como padres debemos estar conscientes qué tipo de lectores son
nuestros hijos, cuáles son sus intereses, su disponibilidad de tiempo y su
capacidad. En base a eso sí es importante establecer una meta. Ya sea un libro
al mes, un libro durante las vacaciones, depende de cada quien. Pero esa meta
hará mucho más fácil estimular la lectura. Lo ideal es estimularlos a que no
pasen ni un día sin leer, y lo vayan haciendo paulatinamente a fin de convertirlo
en un hábito.
4.
Compaginar
la lectura con las demás actividades: Cosas como “sólo si lees diez páginas
puedes ver televisión”, son perjudiciales para el estímulo de la lectura.
Entonces ellos ven la lectura como una competencia con la televisión y las demás
cosas que les gustan y no como algo que puede ser tan o incluso más divertido. Hay
que dejarle algo de libertad.
5.
Discutir
la lectura en familia y lo que es mejor, leer junto a ellos: La lectura es
un acto de creación. Cuando leemos también creamos. Parte de esa creación sale
a la vista en las discusiones familiares. Si dejamos al niño sólo con su libro,
puede que otros estímulos funcionen, pero lo ideal es hacerle sentir que la
lectura lo ayuda a compartir con sus padres. Además, es un buen momento para
hablar de temas difíciles de abordar. Si uno puede leerse el mismo libro y al
mismo tiempo, entonces mucho mejor. Se puede hacer un mini club de lectura en
casa. Un espacio para demostrarle que la lectura es algo que une, que nos ayuda
a conocer a nuestros hijos, pero también a que ellos conozcan a sus padres, y
cómo piensan.
Con tantos estímulos audiovisuales que inundan el mundo todo el tiempo es muy complicado lograr que un niño quiera leer.
ResponderEliminarIgual no hay que perder las esperanzas.
Saludos
J.